Un mandato de respeto y protección hacia los animales no humanos vinculante para el Estado y los ciudadanos. ¿Basta con un mandato estatal? ¡Creemos que no! Los promotores y gestores del cambio y de la transformación del país son sus ciudadanos, individuales y organizados. ¡Proteger a los animales debe ser un mandato incorporado en cada uno de nosotros!

Un reconocimiento de que los animales son seres complejos y sensibles con requerimientos de bienestar que deben ser atendidos ‘según cada especie lo requiera’, reconociendo las 5 libertades o dominios del animal no humano. ¿Sabías que la Ley N° 20.380 de Protección Animal ya hace referencia a este contenido? Un reconocimiento constitucional sería sólo dar un paso de mayor compromiso en una línea que Chile ya posee.

Reconocimiento a la Familia Interespecie , ampliando las nociones relacionadas a las familias en chilena y reconociendo dentro de nuestros hogares a los animales de compañía, proporcionándoles el lugar que merecen.

Tutela efectiva de la vida y la libertad de los animales permitiendo acciones constitucionales en su representación por parte de grupos intermedios interesados. ¡Abramos la puerta a que ONGs dedicadas a proteger a los animales no humanos puedan representarlos buscando que se protejan tanto nuestros derechos como los suyos! ¿Todos los derechos? Por supuesto que no: el vivir una vida en bienestar y el acceso a la libertad, de forma compatible con la ciudadanía y planificación urbana y rural, son esenciales para que seres vivos puedan desarrollarse con los niveles de bienestar que merecen.

El derecho al medioambiente del ser humano debe incluir la protección de los animales como individuos esenciales para la existencia y promoción de un ecosistema saludable, sustentable, sostenible y equilibrado. ¡Porque un derecho medioambiental que solo proteja de forma amplia y abierta los ‘ecosistemas’ sin preocuparse de la presencia y desarrollo efectivo de sus especies no logra proteger nuestros derechos!