Durante el mes de abril, debido a los actos inhumanos e irracionales que quedaron en evidencia tras la denuncia realizada por la concejala de estación central al encontrarse un chip perteneciente a un perro en la comercialización de anticuchos, el poder legislativo ingresó a tramitación 4 importantes proyectos legislativos en pos de la protección animales, tipificando nuevos delitos y ampliando las penas aplicables a los ya existentes en la ley.

Así, el primer proyecto ingresado a tramitación en boletín 14907-07, impulsado por diputados de comité radical- liberal,  Comité Frente Amplio RD, Comunes y Convergencia Social, Comité Ecologista Verde e Independientes, entre otros. Tiene por objeto tipificar el delito de robo o hurto de mascotas o animales de compañía, en su mensaje se manifiesta que “el robo y el hurto de mascotas hoy no está sancionado en específico, sino únicamente como un hurto simple de cosa mueble, cuya pena se gradúa de acuerdo al valor de la cosa (…) Por su parte los artículos 448 bis y siguientes del Código Penal sancionan el delito de abigeato. Éste consiste en el robo o hurto de caballos o bestias de silla o carga, o especies de ganado mayor, menor o porcino. Es un delito de carácter rural, que protege al animal en tanto bien productivo del campo. No aborda la dimensión afectiva que existe entre las mascotas y los humanos ni tampoco busca proteger a los animales en sí mismos”

Mediante lo citado, se evidencia en forma concreta la falta de protección jurídica ante delitos que se pueden cometer contra los animales, y más concretamente, las mascotas, que para muchos forman parte fundamental y esencial en la constitución del núcleo familiar, siendo ellas un integrante más de la familia. Así, el legislador toma consciencia de la gravedad que existe ante la falta de protección animal, al existir normas más bien instrumentales, que siguen viendo a los animales como cosas o como un bien productivo. Por ello, el legislador a través del proyecto presentado se hace cargo y reconoce la importancia que significa una mascota o animal de compañía para su dueño y núcleo familiar, buscando brindarles la protección correspondiente ya que, si bien existe la Ley 20.380 sobre tenencia responsable, la cual castiga el maltrato animal, esta es insuficiente al dejar fuera delitos no templados en ella, no siendo posible sancionarlos.

A su vez, otros dos proyectos amplían el campo de resguardo y protección animal ya que se busca “Tipificar como delito el faenamiento de mascotas o animales de compañía, y sancionar la distribución y comercialización de sus carnes” (Boletín 14934-25) y además “Incorporar el delito de secuestro de mascotas o animales de compañía” (Boletín 14928- 07), ambos impulsados por algunas bancadas como;  Comité Comunista, Federación Regionalista Verde Social e Independientes, Comité Republicanos, Renovación nacional, etc. El principal  fundamento de este despliegue legislativo fue el hallazgo de bolsas llenas de perros y gatos faenados en calle La Marina, por la cual, la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda se querelló. Bajo este suceso, el legislador busca llenar el “vacío normativo en torno a la conducta típica y al objeto de la acción de los hechos denunciados, los que por esta razón no alcanzan a ser sancionados apropiadamente, al no encontrarse tipificado un delito que sancione el faenamiento del animal doméstico (conducta distinta al maltrato en sí mismo, pues faenar implica matar al animal para el consumo)”.

Finalmente, se presentó el proyecto de ley, ampliamente apoyado por Renovación Nacional, el cual  “sanciona de manera agravada el robo, hurto o receptación que recayere respecto de mascotas o animales de compañía, y aumenta la pena si de ello resultare la muerte de los mismos” (Boletín 14940-25)  . Con ello se tipifica como delito al que “expendiere carne de mascotas o animales de compañía o cualquier otra sustancia ingerible proveniente de los mismos”.

En virtud de los proyectos precedentemente mencionados se puede evidenciar que el legislador ha cambiado la visión jurídica que se tenía en torno a las mascotas o animales de compañía, considerándolos ya no como una cosa, sino como animales sintientes, capaces de sentir dolor, y además como fundamentales para el núcleo familiar. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a la protección animal significa, pero ya es un paso importante y esperamos que sigan más.

Ayleen  Jara, Observatorio Legislativo  Fundación  Arca