Durante esta semana, se decretó la instrucción para los habitantes de la ciudad alemana de Walldorf de mantener a sus gatos en sus domicilios. La medida adoptada por la Autoridad de Conservación de la Naturaleza de Baden-Württemberg tiene por objetivo proteger a la cogullada común, un ave perteneciente a la familia de las alondras que se encuentra en la categoría de mayor peligro de extinción de acuerdo con las listas rojas actuales.

Esta especie de ave que mide alrededor de 17,5 cm de longitud y 34 cm de envergadura, se desplaza mayoritariamente por el suelo, por lo que los gatos que deambulan libremente son una importante amenaza para este animal que hace sus nidos en el piso.

La medida comenzó a regir el 14 de mayo y finalizará el 31 de agosto, fecha en la que termina el periodo de reproducción de esta especie. Los felinos afectados podrán salir bajo ciertas restricciones. Deberán ir acompañados de sus dueños, atados a una correa de no más de dos metros y con arneses seguros. Además, los gatos con riesgo a escaparse de su hogar deberán tener un aparato GPS para encontrarlos de manera efectiva y rápida.

En caso de no seguir las instrucciones los propietarios se arriesgan a sanciones monetarias. Desde 500 hasta una multa de 50.000 euros en el caso de que el felino se escape o mate a un ejemplar de estas aves.

Las autoridades alemanas señalaron que la regla se aplica a todos los gatos de la zona sur de la localidad y se repetirá durante los próximos tres años de abril a agosto.

Por su parte, desde la organización de bienestar animal Deutscher Tierschutzbund cuestionaron la aplicación de la medida. “De repente, evitar que los gatos que están acostumbrados a salir a la calle lo hagan significa inmensas restricciones y estrés para los animales” aseveraron a través de un comunicado.

En este sentido, agregaron que: “Definir a los gatos domésticos como ‘culpables’ del peligro de ciertas especies de aves también significa dejar que asuman la culpa por el hecho de que los humanos han destruido los hábitats y los suministros de alimentos para las especies salvajes durante un largo período de tiempo, amenazando así su existencia”.

“La influencia de la agricultura intensificada, los monocultivos, la mortalidad de insectos y el aumento del desarrollo de la tierra es probablemente mayor que la de algunos gatos que cazan pájaros”, concluye la declaración.